Para un viajero cualquiera, la gran cantidad de lugares cristianos de Jordania puede sorprender. Para un creyente bien versado, no tanto. Son muchos los espacios sagrados que esta religión tiene en suelo jordano. Y el país, en una demostración de tolerancia hacia otros credos (y sabedor de su potencial turístico), los ha puesto en valor para que personas venidas de cualquier parte del mundo los puedan conocer.
“Tierra Santa” es un concepto algo genérico usado por el cristianismo para indicar los lugares en los que se desarrollaron los episodios descritos en la Biblia, tanto en el Nuevo como en el Viejo Testamento. Pero lo que es seguro es que Jordania forma parte de esa Tierra Santa, pues aquí tuvieron lugar algunos de los hechos más destacados, relatados en las santas escrituras.
Esto se debe a la cercanía de Jordania a otros lugares fundamentales para esta religión, en especial Jerusalén (desde algunos puntos de las Tierras Altas jordanas, cuando el día es claro, se puede divisar al fondo con la mirada, sin necesidad de prismáticos).
El territorio que hoy ocupa Jordania fue, milenios atrás, una tierra muy avanzada, donde tuvieron lugar algunos de los grandes cambios sociales, económicos y culturales del hombre. En ese contexto, donde la escritura, la agricultura y otras revoluciones formaban parte ya de la vida cotidiana, surgieron las creencias que dieron forma a las tres grandes religiones monoteístas: el judaismo primero, el cristianismo después y, por último, el Islam.
Dado que el judaísmo y el cristianismo tienen en común buena parte de su relato sagrado, ambas religiones comparten la veneración por ciertos lugares en Jordania, relacionados con los profetas de la Torá y del Viejo Testamento, hasta el nacimiento de Jesucristo.
En particular, se pueden destacar, por orden cronológico de los acontecimientos:
De todos estos lugares hablamos en profundidad en la página dedicada al judaísmo en Jordania.
Con el advenimiento de Jesús, el curso de los acontecimientos cambia. Los caminos del judaísmo y del cristianismo se separan: y el de esta segunda religión toma una dirección que, en muchas ocasiones, trae hasta Jordania.
La primera vez que Jesús podría haber estado en tierras de la actual Jordania se remonta a la segunda huida que tuvo que realizar la Sagrada Familia: tras regresar de Egipto, donde se refugiaron del rey Herodes I el Grande, tienen que escapar de nuevo, en esta ocasión de su sucesor Arquelao y en dirección a Galilea. En su camino, habrían permanecido un tiempo en una cueva, ubicada quizás en la ciudad de Anjara, en el norte del país, cerca de Ajloun. Hoy, el Santuario de la Virgen de la Montaña conmemora ese hecho.
También fue en Jordania donde el entorno de Cristo comenzó a tomar conciencia de lo que implicaba su llegada, conocido también como Jesús de Nazaret o simplemente Jesús. En concreto, fue Juan el Bautista (o San Juan Bautista) quien ejerció como profeta al bautizar a su sobrino de una manera especial. Juan, que era un predicador judío, realizaba el sacramento del bautismo en unos arroyos (wadis) junto al río Jordán, pero para Jesús eligió otro más amplio, en el propio cauce del río Jordán. En ese momento, descendió de los cielos la paloma del Espíritu Santo para remarcar la presencia de Dios, escuchándose una voz celestial que decía: “Tú eres mi hijo querido, mi predilecto” (Mateo 3:17 y Juan 1:32).
El lugar exacto del bautismo y su entorno se conservan en la actualidad y es objeto de visitas y peregrinaciones: se llama Betania Más Allá del Jordán. En él no solo habría tenido lugar el bautismo de Jesús, sino también otro encuentro posterior, después de que Jesús hubiera pasado 40 días en el desierto, tentado por Satán. Y en ese nuevo encuentro, Juan se habría reafirmado en su profecía, diciendo a sus seguidores, entre los que estaba Pedro: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Otro importante lugar cristiano de Jordania tiene también como protagonista a Juan el Bautista. En este caso, su trágica muerte: tras reprobar el matrimonio entre el rey Herodes Antipas con Herodías (hija de su medio hermano Aristóbulo), acabó encarcelado en el palacio-castillo real y, por instigación de Salomé, fue decapitado. Ese palacio-fortaleza sería, con toda probabilidad, el de Maqueronte, en la localidad de Mukawir, en lo alto de una colina que se asoma al Mar Muerto.
Los anteriores serían los episodios más destacados en suelo jordano durante los años en que Jesús vivió en Tierra Santa. Tras ello, la implacable persecución de sus seguidores, incluidos los Apóstoles, por parte de las autoridades romanas es una historia bien conocida. Pero el cristianismo acaba siendo aceptado y oficial en el Imperio Romano en el siglo III. Desde entonces, romanos primero y sus ‘herederos’ los bizantinos, después, se encargan de perpetuar la memoria de estos y otros hechos bíblicos mediante templos y monumentos.
Por ello, muchos de los lugares cristianos de Jordania son iglesias bizantinas, erigidas entre los siglos V y VIII, principalmente. Unas iglesias que, en buena medida, estaban decoradas con espectaculares mosaicos, sobre todo a modo de pavimento, lo cual denota la riqueza y prosperidad de la sociedad cristiana en esos siglos. El mejor ejemplo de ello es el mapa-mosaico de Madaba, la más antigua representación geográfica de Tierra Santa.
En el siglo VIII, la conquista árabe se extiende por todo el territorio jordano y se detiene la construcción de nuevos templos, aunque en los primeros momentos se mantuvo la convivencia entre creyentes de ambas religiones.
El siglo XII es también una centuria clave y relacionada con los lugares cristianos de Jordania e Israel. Hasta la centuria anterior, lo que hoy se conoce como Tierra Santa estaba bajo dominio musulmán fatimí, con una cierta tolerancia hacia los lugares sagrados del cristianismo. Pero en 1072, los fatimíes pierden el control de Palestina en favor del imperio selyúcida, con una política distinta al respecto. Poco después se promovieron las primeras cruzadas, que tenían como objetivo la conquista de Jerusalén para las autoridades cristianas.
La única Cruzada exitosa fue la primera, que tuvo como resultado la creación del Reino de Jerusalén. Se extendió por buena parte del territorio de la actual Jordania: no llegó a adentrarse demasiado en el desierto del este, pero los cruzados (principalmente procedentes de Francia) llegaron a dominar una enorme franja de territorio de norte a sur, desde el Mar de Galilea al Golfo de Aqaba, sobre todo a partir del reinado de Balduino I.
Resultado de todo ello fueron castillos construidos o reconstruidos por los cruzados, en cuyo interior no faltaban iglesias, en algunos casos de origen bizantino. Las fortalezas de Ajloun, Karak o Shobak son buenos ejemplos de ello. A finales de esa misma centuria, las victorias musulmanas a manos de las tropas ayubíes de Saladino invirtieron la situación y alejaron el sueño de que el reino de Jerusalén perviviera en el tiempo, aunque posteriormente se organizaron otras muchas Cruzadas.
La historia del cristianismo en Jordania no tiene hechos relevantes en los siglos posteriores, puesto que prácticamente no hubo concesiones a partir de entonces, especialmente desde el siglo XVI, cuando el territorio quedó bajo dominio otomano.
Pero en el siglo XX se experimentó un cierto cambio: la caída de los otomanos tras la Rebelión Árabe, la instauración del protectorado británico en Palestina y un creciente interés internacional por los descubrimientos arqueológicos en Oriente Próximo favorecieron proyectos de recuperación de mosaicos y templos cristianos, como en Madaba y el Monte Nebo.
En la actualidad, la colaboración entre las autoridades jordanas y los líderes espirituales cristianos es palpable, especialmente a partir de la firma del tratado de paz con Israel en 1994. Ese clima de estabilidad ha facilitado la visita al país de papas (Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco I) y patriarcas ortodoxos, y la mejor conservación de los lugares cristianos en Jordania.
En la actualidad, prácticamente todos los destinos turísticos de Jordania cuentan con iglesias entre su lista de atractivos, señal de que el cristianismo estuvo totalmente implantado en esos siglos. Esta es una lista de ciudades y lugares donde se ubican importantes iglesias, y donde el cristianismo está más vivo en Jordania:
Los lugares cristianos de Jordania representan un gran reclamo para muchos viajeros interesados en la religión. También lo es para auténticos peregrinos que desean sentir la emoción de detenerse en los puntos exactos donde siglos atrás recalaron los personajes más importantes de la Biblia: Moisés, Elías, Juan el Bautista… y por supuesto, Jesús.
Por ello, existen circuitos de diferente duración que llevan al visitante a esos lugares. El más breve, sencillo y habitual es el que conecta Madaba con el Monte Nebo y Betania Más Allá del Jordán: no solo son lugares hermosos y emocionantes sino que, además, están muy cerca unos de otros.
Pero quienes deseen dedicar más tiempo a su viaje religioso por Jordania, pueden añadir cualquiera de los lugares arriba mencionados, que aportarán una visión más amplia sobre el desarrollo del cristianismo en Jordania: las iglesias ubicadas en yacimientos romanos, castillos de cruzados que ejemplifican el intento de recuperar Jerusalén para las autoridades cristianas, etc.
Y por supuesto, también es posible combinar los lugares cristianos de Jordania con los ubicados en Israel, donde el nivel de emoción y devoción aumenta todavía más: Nazaret, San Juan de Acre, el Monte Tabor, Belén y, sobre todo, Jerusalén.
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