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Los lugares más sagrados para el judaísmo están en Israel, como es lógico, así como en los Territorios Palestinos. Sin embargo, en la vecina Jordania también hay importantes espacios sagrados para esta religión, que son visitables por cualquier viajero, ya sean hebreos, profesen otra religión o simplemente se sientan interesados por este importante aspecto cultural de la zona. En esta página te contamos cuáles son los principales lugares judíos en Jordania, dónde se encuentran y cómo puedes incluirlos en tu circuito.
El estado de Israel fue creado en 1947-48, tras la Segunda Guerra Mundial, dando cumplimiento al deseo del pueblo judío de contar con un estado propio moderno, puesto que hasta entonces todos sus miembros se hallaban dispersos por diferentes países de todo el mundo. Desde entonces, en los siguientes años y décadas, el movimiento conocido como aliá propició una inmigración en masa hacia este nuevo estado, hasta alcanzar los cerca de 9 millones de habitantes de la actualidad.
La creación del estado de Israel generó controversia, conflictos e inestabilidad en la zona, como es sabido, en buena medida por la falta de acuerdo en el establecimiento de fronteras (aunque parte de la población árabe se resiste incluso al reconocimiento de Israel como estado). Esas fronteras se basaron en las referencias geográficas contenidas en la Torá, que es lo que tradicionalmente se considera la Tierra de Israel, coincidente grosso modo con los reinos históricos de Judá e Israel.
En cualquier caso, ese desacuerdo sobre las fronteras no existe con Jordania. Al menos desde el tratado de paz de 1994 entre ambos países, cuando se acordaron los límites territoriales actuales. En efecto, como se describe en diferentes pasajes de la Torá y Nevi’im (Números 34:1-12 y Ezequiel 47:15-20), la Tierra de Israel no englobaría territorio de Jordania, pues establece como límite el río Jordán, el Mar Muerto y Wadi Araba, principalmente.
Sin embargo, hay importantes lugares judíos en Jordania porque algunos de sus profetas pasaron por aquí y protagonizaron importantes episodios descritos en los textos sagrados del judaísmo, aceptados también en la tradición cristiana a través del Viejo Testamento de la Biblia.
Lo que no hay actualmente en Jordania es una población judía reseñable. Dada la cercanía del estado de Israel, la elección natural para las personas hebreas es residir en el país vecino. Además, aunque Jordania ha jugado recientemente un papel de cierta mediación entre Israel y los países árabes, la situación se puede definir como ‘calma tensa’, especialmente en lo que tiene que ver con la gestión de los lugares islámicos sagrados de Jerusalén, asignada a Jordania en el mencionado tratado de paz de 1994.
Es esta situación la que quizás explica la discreta presencia de símbolos hebreos en los lugares judíos de Jordania, mientras que son mucho más visibles y notorias las referencias al cristianismo, con iglesias y monumentos conmemorativos incluidos.
Esto es así porque esos lugares también son considerados sagrados por el cristianismo. En algunos casos, fueron instituciones cristianas las encargadas de restaurar y poner de nuevo en valor el lugar, a menudo porque en esos mismos espacios se construyeron iglesias bizantinas siglos después.
Así queda patente en lugares sagrados como el Monte Nebo, cuyo aspecto actual responde sobre todo a las reformas de la orden franciscana en los años 30 del siglo XX. Pero también en otros lugares como la Cueva de Lot, donde es posible reconocer iglesias entre las ruinas del yacimiento arqueológico.
Además, dado que los profetas judíos y cristianos tienen una consideración también profética en el Corán, la religión islámica también otorga un carácter sagrado a algunos de los lugares aquí descritos (aunque en menor medida que otros más simbólicos, como los relacionados con Mahoma), de modo que no es inusual encontrarse con peregrinos musulmanes de vez en cuando.
La cercanía de Jordania a la Tierra de Israel implica que algunos de los episodios narrados en los textos sagrados para el judaísmo se encuentren aquí, pues sus protagonistas vivieron en este territorio algunos de los momentos más trascendentales de sus vidas. Esta es una lista con los más significativos.
El primero de los episodios narrados en los textos sagrados que se encuadrarían en Jordania es la devastación de Sodoma y Gomorra, que se cree pudieron estar en las orillas meridionales del Mar Muerto. Estas dos ciudades fueron incendiadas con fuego y azufre por Yahveh, como castigo por los pecados de su población.
De Sodoma habría huido Lot (sobrino de Abraham) junto a su familia, para encontrar refugio en una pequeña cueva, más allá de la Península de Lizán, donde vivió con sus hijas. En ella hay inscripciones (una de ellas podría mencionar a Lot por su nombre) y restos de una iglesia bizantina, con mosaicos.
En su huida, por cierto, habría perdido a su esposa, a la que unos ángeles habían advertido de no mirar hacia atrás durante la escapada. No lo tuvo en cuenta y, por ello, fue convertida en estatua de sal. Hoy, una formación rocosa ubicada en lo alto de una colina, cerca de la orilla oriental del Mar Muerto, se suele identificar con ella.
A su vuelta de Egipto, el profeta Moisés y los israelitas que le seguían llegaron hasta el Monte Nebo, situado en las elevaciones que se asoman al Mar Muerto, en su lado jordano. A Moisés le fue negada la entrada a la Tierra Prometida, pero pudo contemplarla desde aquí, en el siglo XIII a.C.
Y eso mismo puede hacer hoy el viajero, puesto que las vistas panorámicas son realmente espectaculares. Un panel informativo ubicado en el mirador explica lo que se puede ver en un día claro: el Mar Muerto, Jerusalén, los Altos del Golán, Jericó y el Mar de Galilea o lago de Kineret.
Ante su imposibilidad de acceder a la Tierra Prometida, Moisés decidió quedarse en este mismo hasta el final de sus días, así que aquí murió a la edad de 120 años aproximadamente. El lugar exacto de la muerte de Moisés no se conoce y es objeto de estudio, por lo que no existe un monumento funerario o conmemorativo de ello.
También cerca del Monte Nebo, a unos 2,5 km de distancia, se podría encontrar el Manantial de Moisés (hay otro lugar que también podría corresponderse con ello, que explicamos más abajo): se trata de una sencilla roca de la que solo brota agua los días de lluvia, señalada con unos sencillos eucaliptos a su alrededor.
Como decíamos, hay otra posible ubicación para el Manantial de Moisés: una sencilla fuente natural de la que brota agua permanentemente, ubicada a las afueras de la localidad de Wadi Musa. En este caso, está señalizada con una pequeña construcción de tres cúpulas, donde también se venden recuerdos del lugar. Por ello, es uno de los principales lugares judíos de Jordania.
Recordemos que Moisés, en su llegada desde Egipto, golpeó con su vara una roca en busca de agua con la que dar de beber a sus sedientos seguidores. Aquel milagro pudo tener lugar aquí, algo de lo que siglos después se beneficiaron los nabateos de Petra, puesto que esta agua fue canalizada para dar servicio a aquella próspera ciudad ubicada entre cañones.
Uno de los seguidores que acompañaba a Moisés en su viaje desde Egipto era precisamente su hermano, Aarón. Y según se cree, pudo morir en el Monte Hor (Jbel Harum), una montaña en los alrededores de Wadi Musa y Petra, precisamente en el momento en que la comitiva pasaba por aquí y pudo saciar su sed en el manantial.
En la actualidad, hay una pequeña construcción de origen islámico (siglo XIV) que señala el posible lugar de la tumba de Aarón, que ha pasado también a la historia por haber sido el primer sumo sacerdote de Israel.
El profeta Elías es otro de los personajes estrechamente relacionados con esta tierra: dos de los lugares judíos de Jordania lo tienen como protagonista. El primero, el de su nacimiento, a finales del siglo X a.C. En el libro de los Reyes se indica que Elías era originario de Tisbe, en Galaad, que podría haberse ubicado en los alrededores de Aljoun.
A las afueras de esta ciudad, una de las rutas de la hermosa reserva forestal de Aljoun dirige a un yacimiento arqueológico (Mar Elias) donde se cree que podría haber nacido Elías. En este yacimiento hay mosaicos, relieves e incluso restos de una iglesia bizantina que pudo haberse erigido en su honor.
El círculo de la vida de Elías también se cierra en Jordania, a mediados del siglo IX a.C. Y lo hace precisamente en un lugar cargado de simbolismo: Betania Más Allá del Jordán, es decir, muy cerca del lugar del bautismo de Jesús.
En este entorno, ubicado a orillas del río Jordán, hay un sendero que llega hasta la colina de Elías (Tell Mar Elias), llamada así porque se cree que desde aquí el profeta pudo ascender a los cielos en un torbellino generado por Yahveh. En la actualidad, lo más reconocible son los restos de una iglesia bizantina, aunque en realidad es un lugar de peregrinación habitual para judíos y musulmanes, además de cristianos.
Como ves, son muchos los lugares judíos en Jordania. Para integrarlos en un viaje, nuestra agencia cuenta con circuitos de diferentes duraciones: desde unos días a más de una semana. Las propuestas estrella son los circuitos combinados, que incluyen visitas en territorio israelí y en territorio jordano, alcanzando lugares tan simbólicos como Jerusalén.
Sin embargo, también trabajamos a medida: si quieres planificar un viaje que solo incluya los lugares judíos de Jordania, podemos llevarte a todos ellos, explicarte su historia e importancia y reservar el resto de servicios necesarios para tu circuito. Contacta con Jordania Exclusiva y configura una viaje inolvidable con el judaísmo como eje central del programa.
Agencia de viajes y DMC especialistas en viajes a Jordania privados y a medida
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