En nuestra página sobre gastronomía, hacemos un repaso a los platos más famosos y a las bebidas más populares de este país. Pero nos quedaba un detalle para rematar el tema. O mejor dicho, el postre: aquí te mostramos los dulces jordanos más sabrosos para que puedas darte un capricho durante tu viaje.
Knafeh o kunafeh
Se trata de uno de los dulces jordanos más populares. Es un pastel hecho con masa hilada de semolina y mantequilla, recubierto de almíbar y en ocasiones, con pistacho rallado. Pero sin duda, su elemento más distintivo es el queso crema (en algunos casos se emplea mozzarella) que nos deja una imagen de lo más sugerente: los hilos de queso que surgen tras cortar un trozo o morderlo. Al tratarse de un pastel redondo y grande, se suele cortar en porciones o pedir al peso. Es bastante habitual servirse como postre de un menú en el almuerzo, o bien comprarlo en una pastelería.
Baklava
Se trata de un dulce que la gastronomía jordana tiene en común con otros muchos países árabes y del Levante mediterráneo. De hecho, es probable que su origen sea turco. Pero lo importante para quienes visitan este país es que podrás encontrarlo por doquier. Son pequeños bocados de pasta filo parecida al hojaldre (una capa superior, otra capa inferior y en ocasiones, finas capas intermedias). Como relleno, frutos secos (nueces, almendras, pistachos…). Y recubriendo todo, una buena dosis de almíbar. También es habitual comerlo como postre tras una comida, o bien acompañando un café o como dulce de desayuno. Otra opción es comprarlo en la pastelería, en cajas confeccionadas con diferentes variedades.
Mushabbak
Puede equipararse a lo que se conoce como buñuelo en España y los países latinoamericanos. Por tanto, se trata de un postre frito, compuesto de sémola y harina de trigo y bañado en jarabe de azúcar. Son fácilmente reconocibles porque se fríen en aceite de oliva en forma de espiral. Según su elaboración, pueden percibirse sabores y aromas como el jugo de limón o el cardamomo. Lo más habitual es comerlo en el año nuevo árabe, pero en muchos lugares se elaboran todo el año.
Booza
Se trata de otro dulce compartido con otros países árabes, por ejemplo con los sirios, en cuyo país también es muy popular. Se trata en realidad de un helado con textura extremadamente elástica y gomosa, casi como un chicle, lo que lo hace inconfundible. Entre sus múltiples sabores está el de extracto de orquídea. En todos los casos, su sabor es realmente dulce, pero no por ello menos refrescante. De ahí que sea uno de los bocados favoritos para esos momentos en los que el calor arrecia… que son muchos.
Zalabiyye
Muy ligado al booza, puesto que a menudo se ofrece como acompañamiento de dicho helado. En este caso se trata de un bocado igualmente dulce, debido al almíbar que recubre este pastelito. Su relleno está hecho a base de queso cremoso, pero su masa es de harina fina frita en aceite, por lo que su apariencia puede recordar a los buñuelos. En este caso no sólo se toma en otros países árabes, sino también en el vecino Israel.
Como ves, los dulces jordanos tienen mucho en común con los países de su entorno, pero siempre encontrarás diferencias que los hacen únicos. Si quieres degustar alguna de estas elaboraciones durante tu viaje, no dudes en preguntar a nuestro personal para que te aconseje dónde hacerlo, ya sea en un restaurante o en una pastelería. Sólo así vivirás una experiencia cultural plena en Jordania… o incluso de regreso a casa, si aprendes cómo elaborar estos pasteles.