¿Te imaginas un circuito por Israel y Jordania de dos semanas con todo incluido, que no deje fuera del programa ningún destino turístico interesante? Eso es precisamente lo que te ofrecemos en este paquete de viaje, con un programa de 14 días que te lleva a los lugares más sagrados para el judaísmo, el cristianismo y el Islam, pero también a auténticas maravillas monumentales y naturales: Jerusalén, Petra o Wadi Rum son algunos de los platos fuertes de este circuito, en el que todas las jornadas están llenas de sorpresas. Echa un vistazo a la propuesta y no la dejes escapar si lo que quieres es contratar el viaje más completo posible por estos dos países.
No cabe duda de que el gran atractivo de un circuito por Israel y Jordania de dos semanas es la religión, especialmente si el viajero profesa alguna de las tres religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo o Islam. Este territorio es conocido como Tierra Santa o Tierra Prometida, y tiene como epicentro Jerusalén.
En esta ciudad sagrada pasamos varios días, puesto que los monumentos y lugares de interés son muy numerosos. Entre ellos, la Tumba del Rey David y el Cementerio Judío para los hebreos; la Basilica de Getsemaní, la Vía Dolorosa, el Santo Sepulcro, el Cenáculo y la Abadía de la Dormición para los cristianos, o la Explanada de las Mezquitas para los musulmanes.
Fuera de Jerusalén pero sin salir de Israel, los lugares sagrados son igualmente numerosos. Se pueden citar Jericó, el Mar de Galilea, Belén, Nazaret o el Monte Carmelo, entre otros muchos espacios de gran significación mencionados en la Biblia. O bien San Juan de Acre y otras construcciones promovidas durante la época medieval de las Cruzadas, cuando los guerreros religiosos buscaron devolver Jerusalén a manos cristianas.
Además, en la vecina Jordania también hay espacios de enorme simbolismo religioso. A las muchas y monumentales mezquitas se suman iglesias y espacios sagrados que se pueden visitar en la actualidad, como el Monte Nebo o la iglesia de San Jorge en Madaba, así como castillos medievales que no solo nos hablan de los caballeros cruzados cristianos sino también de los guerreros islámicos que les plantaron cara.
Y por supuesto, en un circuito por Israel y Jordania de dos semanas hay hueco para muchos lugares históricos, que son hermosos e interesantes de por sí aunque su relación con la religión no sea tan marcada. En Israel, podemos citar Cesarea o Herodium por sus yacimientos arqueológicos de enorme interés, o ciudades modernas donde la vida cultural y de ocio es muy activa, como Tel Aviv. En Jordania, destacan la capital Ammán, la ciudad romana de Jerash y, por encima de todo, Petra, la ciudad nabatea labrada entre cañones rocosos.
Pero no solo de religión, historia y arte se compone este circuito por Israel y Jordania de dos semanas. También hay espacios naturales de enorme belleza y singularidad, que no perderemos la ocasión de conocer, ya sea de manera guiada o bien de manera independiente, con tiempo libre para que cada viajero lo emplee a su gusto.
Jordania es especialmente rica en materia de reservas naturales y espacios protegidos. Destaca por encima de todos Wadi Rum: se trata de un desierto donde las montañas adquieren formas imposibles, con arcos de piedra creados por la erosión diferencial, cañones profundos y estrechos e incluso dunas de arena rojiza que cautivan a todo aquel que se adentra en ellas. Otro de los espacios naturales únicos y en programa es el Mar Muerto, con sus aguas y lodos de gran prestigio en el mundo de la estética. Y las verdes colinas de la región de Ajloun aportarán un sorprendente contraste a la aridez imperante en este país.
Por lo que respecta a Israel, la naturaleza también nos deja paisajes de gran belleza y dignos de conocer de cerca. Por ejemplo, el Mar de Galilea, que es el lago más grande de todo el país. O el oasis de Ein Gedi, en el desierto de Negev, donde brota el agua todo el año casi de manera mágica y es el refugio perfecto para la fauna local. O el litoral mediterráneo en ciudades como Tel Aviv o Haifa, salpicada esta última de elevaciones modeladas por la historia geológica (Monte Carmelo) o por la mano del hombre (jardines de Bahaí).
14 días y 13 noches. Esa es la duración exacta de este circuito por Israel y Jordania de dos semanas, con punto de inicio y final en Tel Aviv (Aeropuerto Internacional de Ben Gurion) y con dos cruces de frontera, en el octavo y en el decimotercer día. Este es el itinerario detallado del viaje, jornada a jornada.
El primer día de este circuito por Israel y Jordania de dos semanas tiene por objetivo llegar y descansar del viaje en avión. Para ello, nuestro personal os recibirá en el Aeropuerto Internacional de Tel Aviv Ben Gurion y os dará asistencia, para después hacer el traslado en vehículo privado al hotel. La llegada será ya en la noche, por lo que solo habrá tiempo para descansar en las habitaciones, dejando para el día siguiente las primeras visitas del circuito.
Este circuito por Israel y Jordania de dos semanas echa a andar, en lo que a visitas culturales se refiere, en esta segunda jornada. Tras tomar en el hotel un desayuno buffet (como ocurrirá en el resto del viaje), nos desplazaremos a Jaffa, en el sur de Tel Aviv.
Jaffa (Yafo en hebreo) es un barrio costero que se abre al mar Mediterráneo y es considerado uno de los puertos más antiguos del mundo. Hasta mediados del siglo XX era un municipio independiente, pero desde entonces forma una misma entidad y un mismo conglomerado urbano con Tel Aviv, que la sitúan como la segunda en cuanto a número de habitantes. Pese a ello, sus calles y su puerto siguen destilando un aire muy pintoresco, con construcciones hechas a base de sillares de piedra, que en algunos casos tienen varios miles de años de historia. El castillo situado en la parte alta ofrece vistas panorámicas privilegiadas del puerto, y la iglesia de San Pedro es un elegante edificio neoclásico con el que abriremos boca en lo que a visita de templos cristianos se refiere.
A continuación, nos desplazaremos al norte, a otro asentamiento marítimo con más de 2.000 años de historia: Cesarea, un enclave fundado por Herodes el Grande que desbancó a Jaffa y del que aún quedan importantes vestigios arqueológicos y monumentales. Entre ellos, destacan un acueducto, un espectacular teatro y un circo. Además, hay restos de edificaciones posteriores hechas por bizantinos, árabes y, sobre todo, cruzados, entre otros. Estos últimos realizaron una importante fortificación del lugar, que en su conjunto conforma el Parque Nacional de Cesarea.
Muy cerca se encuentra la ciudad de Haifa, la tercera más grande del país y dispersa en buena medida en colinas que se elevan frente al mar. Es lo que se conoce como Monte Carmelo y, en una de ellas, se encuentra actualmente el monasterio de Stella Maris, construido sobre la cueva donde se cree que pudo habitar el profeta Elías. Además, es el hogar de la Virgen del Carmen, una de las advocaciones de María más veneradas en el mundo, especialmente desde el establecimiento de la orden religiosa de los carmelitas, desde el siglo XII. Además, el Monte Carmelo alberga otro atractivo religioso: los Jardines Bahai, un lugar sagrado para el bahaísmo, donde se ha aprovechado la pendiente de la colina para materializar unos jardines en terraza sencillamente espectaculares, con un mirador que ofrece unas vistas asombrosas. Por esto, y por importantes descubrimientos para la evolución humana, el Monte Carmelo y este recinto bahaí son Patrimonio de la Humanidad.
La siguiente visita del día es, precisamente, otro lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: Acre (Akko en hebreo). Su casco histórico es realmente pintoresco y el espacio más icónico es la fortaleza subterránea, construida por la Orden Hospitalaria en el siglo XII, en el contexto de las cruzadas europeas para crear el Reino cristiano de Jerusalén. En esta fortaleza hay galerías y salas abovedadas entre las que destaca la Sala de los Caballeros.
Y con esta última e impresionante visita, viajaremos por carretera hasta nuestro hotel en Nazaret, localidad que descubriremos al día siguiente. En las instalaciones del hotel se tomará la cena, la primera de este gran circuito por Israel y Jordania de dos semanas, con todo incluido.
En un circuito por Israel y Jordania de dos semanas, la vida y obra de Jesús saldrá a colación continuamente. Pero es esta tercera jornada de viaje donde más protagonismo alcanza, puesto que el itinerario de hoy recorre algunos de los lugares más importantes de su vida, tanto en la localidad de Nazaret como en el Mar de Galilea y su entorno.
Por ello, tomaremos fuerzas con el desayuno buffet del hotel y partiremos por carretera hacia el Mar de Galilea. Este gran lago, con más de 50 km de perímetro, es la mayor masa de agua de Israel. Y según el relato bíblico, aquí es donde Jesús convenció a varios de sus discípulos para seguirle y convertirse en “pescadores de hombres”. En este primer tramo del día, realizaremos un paseo en barco, y será inevitable evocar uno de los milagros del Mesías cristiano: el que le llevó a caminar sobre las aguas.
Terminada la travesía, nos desplazaremos a varios lugares de gran simbolismo ubicados en las orillas de la costa norte, o en sus inmediaciones. Por ejemplo, a Cafarnaúm, donde Jesucristo comenzó a divulgar su mensaje. Fue un antiguo poblado del que hoy quedan sus importantes ruinas arqueológicas, y en ellas se ha identificado la Casa de San Pedro, así como una gran sinagoga, que también pudo ser lugar de predicación de Jesús.
Otro lugar que conoceremos en la costa norte del Mar de Galilea será Tabgha, donde Jesús pudo haber obrado otro milagro: la multiplicación de los panes y los peces, como recuerda una iglesia conmemorativa. Otro templo de este poblado es la iglesia del Primado de San Pedro, donde Jesús habría confirmado a este fiel seguidor su liderazgo al frente de la Iglesia. Ambas son construcciones recientes, de principios del siglo XX, pero ayudan a contextualizar los pasajes bíblicos que aquí sucedieron. Y lo mismo ocurre con la iglesia de las Bienaventuranzas en el Monte del mismo nombre, en los alrededores, donde Jesús habría dado el Sermón de la Montaña.
Para concluir la jornada, regresaremos a Nazaret, pero con tiempo suficiente para visitar la localidad, donde Jesucristo pasó su infancia, pues aquí tenían su residencia los miembros de la Sagrada Familia. Por tanto, aquí fue donde se produjo la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen María, o donde San José tenía su taller de carpintería. Y de ello hablaremos in situ, puesto que está prevista la visita de la Basílica de la Anunciación y la iglesia de San José, construidas sobre esos lugares sagrados.
Con ello terminarán las visitas programadas en esta jornada que, aunque están relativamente cerca unas de otras, conformarán un programa muy intenso. Después regresaremos al hotel para cenar y para un merecido descanso.
En este circuito por Israel y Jordania de dos semanas, la cuarta jornada está estrechamente relacionada con la vida de Jesús, como ocurrió también en el día anterior. Y usaremos nuestro hotel en Nazaret como lugar de desayuno y punto de partida para la ruta.
El primer lugar a visitar es Caná de Galilea, donde se cree que tuvo lugar la boda de Caná, en la que Cristo convirtió el agua en vino, ante la perplejidad de los asistentes, entre ellos su madre María. Por ello, aquí se elevó un elegante templo: la iglesia de las Bodas de Caná, de finales del siglo XIX y principios del XX. En su sótano descansan las tinajas donde habría ocurrido este hecho milagroso.
Tras ello, seguiremos hasta el Monte Tabor, otro lugar prodigioso en la vida de Jesús: aquí habría ocurrido su transfiguración, es decir, el momento en el que se volvió radiante y escuchó la voz de Dios que le llamaba “hijo”. La Basílica de la Transfiguración recuerda este episodio y se ubica en lo alto de esta montaña que, al ser una elevación natural sobre una llanura, ofrece unas vistas espectaculares del entorno, como los Altos del Golán o la frontera jordana, hacia donde nos llevará varios días después este circuito por Israel y Jordania de dos semanas.
La siguiente parada de la ruta es Jericó, que visitaremos si las condiciones de seguridad lo permiten. Es un lugar de gran importancia para judíos, musulmanes y cristianos. Para los judíos, es así por tratarse de la primera ciudad conquistada por los Hijos de Israel, retornados con Moisés del Sinaí. Los musulmanes contribuyeron en el pasado con la construcción, por ejemplo, del Palacio de Hisham, que visitaremos: se remonta al siglo VIII y fue encargado por el califa omeya Hisham ibn Abd al-Malik. En él podremos ver e imaginar su gran opulencia, y entenderemos por qué forma parte de los denominados ‘castillos del desierto’, repartidos entre Palestina (Cisjordania) y Jordania… como también comprobaremos al final de este circuito por Israel y Palestina de dos semanas.
Otro espacio a conocer es Tell Jericó, es decir, la zona más antigua de esta ciudad, con estructuras de varios miles de años de historia. Y sin duda, no podemos abandonar esta ciudad sin visitar antes el Monte de las Tentaciones (al que subiremos en teleférico) donde Jesús vio la aparición de un diablo que le tentaba tras sus 40 días de ayuno en el desierto. Cómo no, un monasterio (de Quarantul) conmemora este episodio bíblico y su construcción resulta impactante, por estar encajonada en la ladera de la montaña. Desde él, sus vistas son también magníficas, incluyendo el Mar Muerto y el Valle del Jordán.
Precisamente el río Jordán será el último lugar a visitar en esta intensa jornada. Viajaremos por carretera hasta un punto muy simbólico de su curso: Qasr el-Yahud, también conocido como el Sitio del Bautismo de Cristo. Es decir, el lugar exacto en el que San Juan Bautista bautizó a Jesús, pues era aquí y en los arroyos del entorno donde realizaba este rito de purificación. Se encuentra justo en la frontera entre Israel y Jordania que, por el momento, no cruzaremos. Pero sí podremos conocer el recinto, con escaleras que llevan hasta el mismo agua para que quienes lo deseen puedan entrar en contacto con ellas, pues de hecho muchos fieles realizan un baño emulando el que hiciera Jesús hace 2.000 años.
Con Qasr el-Yahud ponemos fin a las visitas de esta cuarta jornada, pero en lugar de regresar a Nazaret, viajaremos directamente a Jerusalén, donde nos espera al día siguiente una inolvidable experiencia de turismo histórico y religioso. Por el momento, nos limitaremos a cenar y a descansar en el hotel, ubicado en esa ciudad sagrada.
No hay duda de que Jerusalén es una de las ciudades más sagradas del mundo, cargada de monumentos y sitios plagados de historia. Por ello, este circuito por Israel y Jordania de dos semanas debe dedicar, al menos, un día completo para recorrer sus lugares más significativos.
Eso es lo que haremos en este quinto día, tras desayunar en el hotel. En primer lugar, pondremos rumbo al Monte de los Olivos, situado al este de la ciudad. Se trata de una montaña sagrada para judíos y cristianos. Para los judíos, porque aquí se encuentra el Cementerio Judío, el más importante para esta religión pues, según la Torá, este será el primer lugar en el que Yahveh redimirá a los muertos. Y para los cristianos, porque aquí se retiró a orar Jesús antes de ser arrestado, después de la Última Cena. Conmemora este episodio la basílica de Getsemaní, también conocida como de la Agonía o de las Naciones. Y el Sepulcro de la Virgen, en una construcción situada a dos pasos, reforzará aún más la emoción de la visita.
Desde el Monte de los Olivos nos desplazaremos al Jerusalén moderno, situado en la zona occidental de la ciudad. Aquí veremos exteriormente el Knéset o Parlamento israelí, establecido en los años 60. Muy cerca está también el Museo de Israel, donde conoceremos algunas reliquias de la sociedad israelí. En especial, la construcción conocida como Santuario de Libro, donde se exponen facsímiles de los Rollos del Mar Muerto, procedentes de las cuevas de Qumran, con pasajes del Antiguo Testamento y otras cuestiones de la sociedad israelí en tiempos del Segundo Templo de Salomón (siglos III-I a.C). Una maqueta sobre el Jerusalén de aquel entonces ayudará a entender el contexto de esos documentos de valor incalculable.
La siguiente visita prevista en el programa es el Monte Sión, situado al sur de la Ciudad Vieja, donde conoceremos varios lugares de enorme significación religiosa. Para los judíos, destaca la Tumba del Rey David, padre de Salomón. Y en la planta superior, una sala sagrada para el cristianismo: el Cenáculo, donde se cree que pudo celebrarse la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Muy cerca de este espacio está la Abadía de la Dormición, donde la Virgen María habría experimentado el Tránsito, entrando en sueño eterno, según creencia cristiana: se trata de una espectacular construcción de finales del siglo XIX, con una cripta en el subsuelo donde pudo haberse producido este hecho.
Sin duda, son muchas las fechas, los pasajes bíblicos y los personajes que conforman el relato judío y cristiano. Por ello, merece la pena desplazarse a las afueras de Jerusalén y visitar el Saxum Visitor Center, que es un centro multimedia donde se explica y se da contexto a todo lo descubierto y por descubrir en este circuito por Israel y Jordania de dos semanas.
Tras ello, será el momento de regresar al hotel. Y seguro que será inevitable repasar en nuestra mente todos los lugares visitados durante la jornada, ya sea durante la cena o al acudir a las habitaciones a descansar.
Una jornada completa no es suficiente para conocer todo Jerusalén. Por eso, en este circuito por Israel y Jordania de dos semanas, hay un segundo día de visita en esta ciudad sagrada, concretamente la Ciudad Vieja, intramuros, donde cada metro cuadrado está lleno de historia y simbolismo para las tres religiones monoteístas.
Nada más desayunar, entraremos en el Jerusalén antiguo para visitar en primer lugar el Muro de las Lamentaciones: también conocido como Muro Occidental, es lo único que queda del Segundo Templo de Salomón. Las tropas del emperador romano Tito lo dejaron en pie tras su destrucción en el 70 d.C, como recordatorio de la fuerza que eran capaces de aplicar, pero para los judíos fue una señal divina y un nexo de unión de Yahveh con la Tierra. En la actualidad podemos ver a centenares (miles al cabo de la jornada) de fieles formulando sus lamentos y deseos aquí.
Precisamente el terreno formado por los antiguos templos de Salomón (el Primero y el Segundo) es lo que hoy conforma la Explanada de las Mezquitas, con tres templos de máxima sacralidad para los musulmanes: la Cúpula de la Cadena, la Mezquita al-Aqsa y la Cúpula de la Roca. Esta última, con su espectacular cúpula dorada, es uno de los grandes iconos de Jerusalén, y el lugar desde el que Mahoma ascendió a los cielos a lomos del caballo Buraq y en presencia del Arcángel Gabriel. Sin duda, un lugar imponente que visitaremos si las condiciones de seguridad lo permiten.
Tras ello, pasearemos por el barrio judío, el barrio musulmán y el barrio cristiano, y en este recorrido llegaremos a los lugares más sagrados para el cristianismo. Por ejemplo, la Vía Dolorosa, que recorrió Jesús camino de la Cruz. Por ello, hay 14 estaciones del Via Crucis, que recorreremos a pie. Las últimas se encuentran, como veremos, en el interior de la iglesia del Santo Sepulcro, construida en el siglo IV y reconstruida en el XI sobre el lugar en el que sucedió la Crucifixión, entierro y Resurrección de Cristo. Por ello, en el interior se encuentra la tumba vacía de Jesús.
Después de conocer de cerca estos tres puntos clave para las religiones monoteístas, saldremos de Jerusalén para visitar, muy cerca de aquí, la localidad de Belén, ligada para siempre al nacimiento de Jesús. Por ello, en la cueva donde se cree que se produjo el alumbramiento, se construyó la iglesia de la Natividad, uno de los primeros templos de esta religión, en cuyo interior se encuentra la Gruta de la Natividad. Todo ello es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y formará parte de nuestra visita.
Terminada la visita de Belén, continuaremos unos kilómetros más por carretera hasta llegar a Herodion, el palacio-fortaleza que mandó construir Herodes hacia el 20 a.C como su residencia y, a la postre, como su lugar de enterramiento. Al encontrarse sobre una colina elevada, las vistas panorámicas del entorno añaden interés a la visita.
Herodion será el último lugar a conocer en esta jornada, de modo que después de ello regresaremos a Jerusalén para cenar en el hotel y descansar en las habitaciones. Y lo haremos con un carrusel de imágenes en la retina que, a buen seguro, permanecerán para siempre en la memoria.
El séptimo día de este circuito de dos semanas por Israel y Jordania es una jornada de excursiones: desde Jerusalén partiremos hacia otros lugares cercanos y muy interesantes, especialmente desde el punto de vista histórico y natural.
Tras desayunar en el hotel nos desplazaremos a Qumran, lugar al que se hace mención en el Museo de Israel al contemplar los Rollos del Mar Muerto. Este es el lugar en el que realmente aparecieron, y lo comprenderemos visitando sus singulares restos arqueológicos: fue un asentamiento-refugio para la población esenia (rama alternativa del judaísmo) en el siglo II, que produjeron los mencionados pergaminos bíblicos aquí.
La siguiente visita de la jornada también nos remonta a un pasado fascinante: el Parque Nacional de Masada, al que subiremos en teleférico. En lo alto de un gran acantilado encaramado frente al Mar Muerto se encuentra este yacimiento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y ligado también a Herodes, que engrandeció el recinto del que aún se distinguen espacios como las termas, el palacio o la sinagoga. Un espacio espectacular que, además, resulta más conmovedor al conocer el episodio que lo hizo famoso: la resistencia judía en la primera guerra judeo-romana y el suicidio colectivo de sus habitantes para no humillarse ante el enemigo, cuando comprendieron que lo tenían todo perdido.
De vuelta a Jerusalén atravesaremos el desierto del Negev pero nos detendremos en un oasis asombroso: Ein Gedi, formado por pozas de agua dulce y otros cauces que parecen brotar como por arte de magia. Su fama y misterio era ya conocido desde tiempos inmemoriales y es mencionado también en el Antiguo Testamento. Íbices de Nubia y conejos de las rocas son algunos de sus habitantes más ilustres, que quizás podamos avistar con un poco de suerte.
Para concluir la jornada, regresaremos a nuestro hotel de Jerusalén, donde también tomaremos nuestra última cena en esta ciudad.
Después de varios días descubriendo intensamente Jerusalén y sus alrededores, llega el momento de abandonar esta ciudad sagrada para poner rumbo a Jordania. Después del desayuno partiremos por carretera hacia el puesto fronterizo de Sheikh Hussein, donde haremos todos los trámites para cruzar al país vecino.
En estas primeras horas en Jordania nos moveremos por el norte para conocer dos de sus destinos más interesantes. En primer lugar, Ajloun. Concretamente su castillo, uno de los mejores vestigios del periodo de las Cruzadas en lo que hoy es Jordania. Lo construyeron las tropas de Saladino en su estrategia de consolidar su ofensiva contra los cristianos cruzados del Reino de Jerusalén, a finales del siglo XII. Una centuria después, los mamelucos lo reconstruyeron con el mismo objetivo, pero en este caso frente a los invasores mongoles. Además de su interés histórico y arquitectónico, este castillo fascina por sus vistas panorámicas del entorno de colinas verdes, con vegetación mediterránea.
La siguiente visita de la jornada es Jerash, muy cerca de Ajloun. Y en este caso nos lleva a otro periodo histórico que también fue muy importante para la región: la dominación romana. Esta ciudad, llamada antiguamente Gerasa, no solo es una de las mejor conservadas de toda Jordania, sino de todo el territorio por el que se extendió el Imperio romano. Así lo entenderemos nada más pasear por su parque arqueológico, donde aún siguen en pie estructuras monumentales como su hipódromo, su templo de Zeus, su Arco de Adriano, su Cardus Maximus, sus teatros y una elegantísima Plaza Oval que sirvió de foro.¡¡
Tras este tour por el norte de Jordania, nos desplazaremos a Ammán, la vibrante capital del país. Sin embargo, por el momento solo cenaréis y descansaréis en el hotel, pues la visita guiada por la ciudad se reserva para más adelante.
Si en el día anterior nos movimos por el norte de Jordania, en esta novena jornada lo haremos por el centro hasta llegar al sur. Y de camino, nos detendremos en lugares llenos de interés.
El primer destino a visitar tras tomar el desayuno e iniciar la ruta por carretera es Madaba. Se trata de una ciudad de gran importancia en época bizantina, momento en que se datan muchos de sus restos arqueológicos. Precisamente del siglo VI es la joya histórico-artística en la que nos detendremos más tiempo: el mapa-mosaico de la iglesia de San Jorge. No solo sorprende por su tamaño y belleza sino también por su valor documental: es la más antigua representación de Tierra Santa, el territorio que en buena medida estamos recorriendo en este circuito por Israel y Jordania de dos semanas.
El siguiente destino de la jornada es el Monte Nebo, a muy pocos kilómetros de Madaba. Y se trata de un lugar sagrado para las tres religiones monoteístas por ser el altozano desde el que Moisés contempló la Tierra Prometida, es decir, todo lo que hemos visitado en los días anteriores de este circuito, con Jerusalén en el horizonte si el día es claro. Además de un mirador que encuadra lo que el profeta vio con sus ojos, el recinto también tiene una iglesia conmemorativa y un centro de interpretación.
Tras estas dos visitas, volvemos al vehículo para viajar hacia el sur en un recorrido de mayor extensión, pero que completaremos con dos interesantes paradas en el camino. La primera, Karak, la ciudad en cuya cima se eleva un imponente castillo medieval. En esta ocasión, lo construyeron los cruzados a comienzos del siglo XII, aunque también fue tomado más tarde por el ejército de Saladino.
Y la segunda de esas paradas es en Al Beida, en la llamada Pequeña Petra. Como indica su nombre, es un enclave labrado en cañones rocosos que recuerda a la cercana Petra y a la que probablemente dio servicio. Cuenta con locales, templos y otros espacios que aprovechan las grutas naturales, con fachadas elegantes que llaman la atención en su boca de entrada. Su visita, por tanto, bien puede servir para abrir boca de cara a la visita que nos espera al día siguiente.
Tras abandonar la Pequeña Petra, la meta de este día está muy cerca: a apenas 10 minutos, en Wadi Musa. Esa es la localidad que se ubica frente a Petra y en la que estará nuestro hotel, con cena incluida.
En cualquier circuito por Israel y Jordania de dos semanas, Petra es uno de los destinos más esperados. Por ello, le dedicamos una jornada completa: la décima del viaje, que comenzará con el desayuno en el hotel y nos llevará pronto al recinto de la conocida como ‘ciudad rosa’.
Hay mucho que ver y, para agilizar la ruta y hacerla más confortable, emplearemos un servicio de transporte a caballo. De esta manera partiremos desde la Tumba de los Obeliscos y recorreremos el famoso Siq, que desemboca en el monumento más fotografiado: el Tesoro, con una espectacular fachada de columnas y frontón, inmortalizada por Indiana Jones en una de sus películas. Es el monumento que mejor simboliza el cenit del imperio nabateo, que tuvo en Petra su capital.
Por ello, los lugares de interés van mucho más allá. Nos dejarán sin palabras otros espacios como la Calle de las Fachadas, las Tumbas Reales, el Teatro, los templos de religión nabatea o el núcleo urbano de época romana, con su Calle Columnada en el centro. Y para quienes aún tengan fuerzas, una última sorpresa: el monasterio Al Deir, en lo alto de una escalinata labrada en la roca de más de 800 escalones.
Por todo ello, Petra fue declarada Patrimonio de la Humanidad y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Y por todo ello, regresaremos al hotel (donde está incluida la cena) con la sensación de haber vivido una experiencia turística única.
En este circuito de dos semanas por Israel y Jordaniatodavía quedan emociones fuertes y lugares inolvidables en el programa. Y así lo podréis comprobar en esta undécima jornada, tras desayunar en el hotel y echarnos a la carretera.
La mañana la dedicaremos a conocer los rincones más inaccesibles de Wadi Rum, el desierto declarado Patrimonio de la Humanidad que tanto encandiló a T.E. Lawrence (Lawrence de Arabia). Para ello, nos valdremos de un jeep 4×4 que nos llevará por pistas y dunas rojizas, junto a montañas de formas caprichosas, puentes de roca y cañones en los que antiguas civilizaciones dejaron su huella en forma de petroglifos.
Tras dos horas en las que nos sentiremos beduinos modernos, volveremos a nuestro vehículo habitual para viajar por carretera a otro lugar sin comparación: el Mar Muerto. El camino nos hará descender progresivamente hasta los -400 msnm, en punto más bajo del planeta. Y ahí nos espera este lago con nombre de mar que no permite la existencia de vida en sus aguas por su alta salinidad, pero sí propicia la flotabilidad de los bañistas. Por ello y por las propiedades cosméticas de sus lodos, un baño libre en este lugar estará más que justificado.
Después, por la noche, tendréis la cena de esta antepenúltima noche en el hotel, a orillas del Mar Muerto.
El Mar Muerto está en el extremo oeste de Jordania, haciendo frontera con Israel. En cambio, en esta decimosegunda jornada nos desplazaremos hasta el lado opuesto del país: su sector oriental, donde nos espera una sorpresa reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: los castillos del desierto.
Por ello, tras desayunar temprano en el hotel del Mar Muerto, viajaremos por carretera hasta el primero de ellos: el de Qasr al-Azraq, a las afueras de Azraq. Esta zona, en su momento, era mucho más húmeda y fértil, y esta construcción del siglo VII se utilizó como pabellón de caza por el califa omeya Walid II, en el siglo VIII. Su aspecto más recio y fortificado, en piedra basáltica oscura, se debe a su reforma durante la época mameluca, en el XIII. Además, en el siglo XX tuvo un ilustre huésped: T.E. Lawrence.
El segundo de ellos, el de Qusayr Amra, es un palacio de descanso se remonta al siglo VIII, es decir, a tiempos del califa omeya Walid I. Este dato es importante, puesto que entre lo más llamativo de este palacio están sus pinturas murales, con temáticas prohibidas posteriormente por en el arte islámico: mujeres desnudas en las termas o retratos de monarcas de la época en su salón de reyes, entre ellos los del visigodo español Rodrigo.
Además, tendremos ocasión de visitar el tercero de los castillos del desierto: el de Qasr al-Kharana, del que se desconoce su función, aunque probablemente fuera una estructura para reuniones entre los dirigentes omeyas y los beduinos locales. Está muy bien conservado y su aspecto es recio e imponente, especialmente por su ubicación en este rincón inhóspito.
Tras conocer estas estructuras realmente especiales, regresaremos a Ammán, puesto que aún nos queda la visita imprescindible de esta ciudad. Será un tour panorámico por los lugares más emblemáticos de esta ciudad, de varios milenios de historia. Muchos de ellos se concentran en la Ciudadela, corazón del viejo Ammán. También conoceremos el Teatro Romano, el monumento más importante de la época en que está ciudad estuvo bajo dominio romano y se llamó Filadelfia. Y sentiremos, en definitiva, el ritmo frenético de sus calles, pues es la ciudad más populosa de todo el país.
Tras ello, será el momento de cenar en el hotel y pasar la penúltima noche de este circuito por Israel y Jordania de dos semanas.
En esta decimotercera jornada de viaje, regresamos a Israel: partiremos hacia el puesto fronterizo de Allenby después de desayunar en el hotel, de tal manera que nos quede tiempo suficiente para aprovechar el resto de la jornada.
Aunque en este circuito por Israel y Jordania de dos semanas hemos dedicado varios días a Jerusalén, esta ciudad sagrada tiene todavía mucho que enseñar, de modo que en la mañana de esta jornada visitaremos lo que no nos dió tiempo en días anteriores. En primer lugar, el Museo Torre de David, en el barrio armenio, que hace un repaso didáctico e interactivo de la historia de la ciudad, desde tiempos cananeos hasta hoy.
Y en segundo lugar, nos desplazaremos al barrio de Ein Karem, uno de los más genuinos de Jerusalén, por su ambiente tradicional de artesanos. Aquí visitaremos dos iglesias cargadas de significado para los cristianos. Por un lado, la de la Visitación, donde la Virgen María y su pariente Isabel se encuentran, estando ambas embarazadas (esta última, de San Juan Bautista). Y por otro, la iglesia de San Juan Bautista, sobre la cueva donde este profeta nació.
Ya por la tarde viajaremos a Tel Aviv para visitar también otro importante lugar que quedaba pendiente: la Ciudad Blanca, barrio construido en los años 30 del pasado siglo por arquitectos judíos alemanes que tuvieron que emigrar durante la persecución nazi. Sus elegantes edificios y su ambiente moderno y retro al mismo tiempo le valieron la designación como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Tras ello, pasaremos aquí la última noche de este circuito de dos semanas por Israel y Jordania, con cena y descanso en el hotel.
Después de dos semanas de circuito por Israel y Jordania, llega el momento del final. Y organizaremos la jornada para que el regreso a casa sea cómodo y sin sobresaltos. Tras el desayuno incluido en el hotel, analizaremos el tiempo que queda disponible para establecer una hora de encuentro y trasladaros al Aeropuerto Internacional de Tel Aviv Ben Gurion. Ya en la terminal os brindaremos la última asistencia necesaria y nos despediremos con agradecimiento e ilusión de un futuro reencuentro.
En este circuito por Israel y Jordania de dos semanas, el todo incluido es un concepto que se puede aplicar no solo a los destinos sino también a los servicios: el precio del viaje incluye todo lo que necesita el viajero para disfrutar de la experiencia con la mejor calidad:
No obstante, a pesar de emplear el término todo incluido, este circuito por Israel y Jordania de dos semanas deja sin cubrir algunos pequeños detalles, como es lo habitual en este tipo de paquetes:
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Mandala Tours, S.L, NIF: B51037471
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