La Pequeña Petra, también llamada Siq Al Barid (que significa ‘cañón frío’), se puede considerar la ‘hermana menor’ de Petra, o su equivalente a pequeña escala. Y como suele ocurrir en estos casos, su belleza es muy parecida, pero su afluencia de público es bastante más reducida. Por ello, visitar este espacio único puede resultar muy gratificante y recomendable, sobre todo para aquellos que prefieren evitar grandes aglomeraciones de turistas. Así que en esta página te contamos qué ver en la Pequeña Petra y te damos otras informaciones que serán de tu interés.
La Pequeña Petra se encuentra a aproximadamente 10 km al norte de Petra, concretamente a las afueras de la pequeña localidad de Al-Baydha. Es decir, estamos hablando del sector centro-sur de Jordania, dentro de la gobernación de Ma’an, a unos 220 km de Ammán, 100 km de Wadi Rum y 140 km de Aqaba.
El clima también es similar al de Petra, lo que significa veranos de calor sofocante durante el día (noches más frescas) e inviernos con noches que pueden llegar a ser gélidas (días más templados pero con mayor posibilidad de lluvias). Eso deja los meses de marzo, abril y mayo como los más adecuados para la visita, así como los de octubre y noviembre. Fuera de esas fechas, es posible visitar la Pequeña Petra, por supuesto, pero lo tendrás que hacer con un equipamiento más cuidado, especialmente en cuanto a la ropa y la protección solar.
La historia de Petra tiene mucho que ver con la Pequeña Petra, puesto que ambos espacios están estrechamente ligados. Cierto es que no fue una ciudad (como sí fue Raqmu, el nombre que le dieron los propios nabateos), pero fue un pequeño asentamiento que debió de funcionar como su centro auxiliar, quizás como área agrícola o de descanso para las caravanas de comerciantes que estaban de paso porque su ruta les traía obligatoriamente a Petra.
Estas son algunas pinceladas que te ayudarán a comprender el paso del tiempo por la Pequeña Petra:
La Pequeña Petra hace honor a su nombre: sus estructuras recuerdan en buena medida a las de Petra, pero el recinto es mucho más pequeño. En cualquier caso, Petra fue su clara inspiración, pues muchos de sus monumentos y técnicas se reproducen aquí en Siq Al Barid: un cañón articula el espacio y numerosas estructuras están excavadas en la piedra, aunque no parecen tener una función funeraria tan evidente. En este caso tiene dos accesos angostos, uno hacia el este y otro hacia el oeste. El acceso oriental es el más usado para entrar, por estar más cerca de Al Beidha y de la carretera, mientras que el acceso oriental está formado por una gran escalera labrada en la roca.
Los principales lugares que ver en la Pequeña Petra son:
Una de las propuestas más interesantes para hacer en la Pequeña Petra es el senderismo: las rutas por el entorno son numerosas, en un entorno natural muy característico y con vistas panorámicas espectaculares. No es casualidad que por aquí pase el Jordan Trail, un recorrido que recorre todo el país: el tramo que pasa por esta zona se puede hacer en 5 días, y abarca más o menos desde Petra hasta Wadi Rum.
En cualquier caso, para quienes busquen algo más corto y asequible, una de las rutas más destacadas es el ‘sendero de la puerta de atrás’, llamado así porque conecta la parte trasera de Petra, donde se ubica el Monasterio Al Deir, con la Pequeña Petra. En los puntos más altos de este recorrido, se puede incluso otear en el horizonte el terreno de Wadi Araba y, más allá, los Territorios Palestinos e Israel.
Y los amantes de la historia y la arqueología tienen otra cosa muy importante que ver en la Pequeña Petra: el yacimiento de Al Beidha o simplemente Beidha. Es uno de los más importantes del periodo neolítico, precisamente por ser uno de los más antiguos: se cree que estuvo activo en torno al 7.000 a.C y que quedó abandonado un milenio después. Paradójicamente, en esta región famosa después por su estilo de vida nómada, ha pasado a la historia por ser una de las primeras en propiciar la agricultura y el sedentarismo, como está atestiguado aquí. El yacimiento se encuentra muy cerca de la entrada de la Pequeña Petra y será más fácilmente interpretable de la mano de un experto.
Además de todo ello, los alojamientos disponibles aquí no tienen nada que ver con los de la ‘Petra mayor’: si optas por dormir en la Pequeña Petra, puedes elegir campamentos beduinos, lo que supone una experiencia en sí misma. Se trata de alojamientos mucho más humildes, puesto que son tiendas ‘a ras de suelo’. Sin embargo, ofrece una experiencia mucho más parecida al modo de vida tradicional de los beduinos, auténticos guardianes de los secretos y las costumbres de Petra. En este sentido, pueden ofrecer almuerzos con comida típica, sesiones de té al estilo nómada y otros detalles que harán la pernocta mucho más especial.
La mejor y única forma de llegar hasta la Pequeña Petra en transporte motorizado es el vehículo privado: en taxi o con autobuses privados, que suelen partir de Petra a modo de excursión. En cambio, no hay microbuses ni autobuses con parada directa en Siq Al Barid: todas las opciones te dejarán en Wadi Musa, la localidad que hay junto a Petra. Esta es una lista de distancias y duraciones que te servirán de orientación:
Como decíamos, hay otras formas de llegar sin usar vehículos motorizados: por un lado, a pie y, por otro, a lomos de un camello o caballo. Dos opciones muy tradicionales, tanto para nabateos como para beduinos, que puedes valorar durante tu viaje a modo de experiencia.
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