Miradores de Petra: cuáles hay para una foto inolvidable

Los miradores de Petra han contribuido, en buena medida, a difundir la fama de este destino turístico: ofrecen el encuadre perfecto para un retrato inolvidable, con un monumento labrado en piedra (normalmente el Tesoro o el Monasterio Ad Deir) como telón de fondo, abrazado por los cañones y paredes rocosas del lugar. En este post te contamos cuáles son algunos de los más famosos para que puedas inmortalizar tu visita como se merece.

Seguridad y confianza, lo primero

Antes de indicar cuáles son los principales miradores de Petra, debes saber que hay que extremar la seguridad. Estos miradores no son accesibles a personas con movilidad reducida o con una baja forma física: en algunos casos es necesario, literalmente, trepar por la roca; y en otros casos, suponen caminatas largas y empinadas, que pueden llegar a ser duras en las horas de máximo calor.

Por otro lado, debes tener en cuenta que estos miradores se ubican en puestos elevados de los acantilados, donde no hay barreras de seguridad. Es decir, asomarse demasiado al borde o tropezar por un descuido puede ocasionar una caída de fatales consecuencias.

También debes saber que algunas de las rutas de ascenso son tan complicadas que resulta obligatorio realizarlas con un guía beduino. Al inicio de la ruta los verás a la espera, listos para negociar el precio y asistir en la subida. Pero lo más recomendable es contar ya previamente con un guía de confianza, y no depender de lo que puedas encontrar en ese determinado momento.

Mirador elevado del Tesoro

Se sitúa a unos 200 metros por encima del Tesoro, lo que obliga a encuadrar con un contrapicado (de arriba hacia abajo). Para alcanzar dicha altura, se realiza una ruta de senderismo de una hora aproximadamente. Es la ruta de Al Kubtha Trail, cuyo comienzo está junto a las Tumbas Reales, frente al Teatro. Es un kilómetro y medio, aproximadamente, de dificultad baja pero exigente por los innumerables escalones (naturales o artificiales) que hay que subir.

El punto final de esta ruta es un puesto beduino donde se puede tomar algo y, de paso, asomarse al mirador para tomar la fotografía. Un punto a favor de este mirador es que la ruta de camino también ofrece vistas panorámicas del entorno y de otros monumentos, al exterior del Siq como el mencionado Teatro.

Mirador inferior del Tesoro

Es el mirador que ofrece una visión más cercana del Tesoro, pues ambas posiciones quedan a la misma altura y no hace falta hacer contrapicados con el palo de selfie. Además, se puede acceder desde el Siq, sin dar rodeos. Pero tiene un importante inconveniente: su ascenso es complicado y, para la mayoría de personas, no será posible sin la ayuda (literalmente, física) de un guía acompañante. No está señalizado, aunque guías beduinos lo indicarán. Y si te haces acompañar de un guía de confianza, sabrá decirte cuál es el inicio.

Mirador del Monasterio

En realidad, son varios los miradores que hay hacia el Monasterio Ad Deir. Y lo realmente ‘duro’ no es subir al monasterio, sino llegar hasta él: es una ruta de entre 30 y 40 minutos, con unos 800 escalones. Ya en la explanada del Monasterio, donde hay una tetería, hay indicaciones para llegar al mirador, cuya subida no es demasiado pronunciada, pero suficiente como para brindar un punto de vista ligeramente elevado desde el que ver la fachada de esta construcción (muy parecida al Tesoro) y el entorno.

Aunque estos son los tres miradores más destacados, en realidad hay otros muchos por todo el recinto: unos hacia Petra, otros hacia el Monasterio pero también hacia los wadis del exterior y otros puntos de la antigua ciudad, como el Altar de los Sacrificios.

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