Aquí hacemos un breve repaso a las mejores mezquitas visitables de Jordania para que puedas acceder a ellas durante tu circuito, si tienes tiempo e interés en ello y te gusta conocer la cultura y la religión de los lugares que visitas. Jordania tiene una ventaja para ti: muchas de las mezquitas del país admiten a visitantes que no profesan el Islam, a diferencia de otros países musulmanes en los que esto es mucho más difícil.
Mezquita Azul de Ammán (mezquita del Rey Abdalah I)
Oficialmente, esta es la única mezquita visitable de la capital jordana. Y es toda una suerte poder hacerlo, puesto que se trata de una construcción monumental que bien merece un pequeño tour por su interior. En realidad, ya su contemplación exterior es todo un deleite, puesto que su arquitectura es de lo más fascinante. Recibe el nombre de ‘mezquita azul’ porque la gran cúpula que corona el conjunto está revestida de un color celeste de lo más agradable. A esa sensación de limpieza y pureza ayuda también el color blanco dispuesto por el resto de la mezquita, incluidos sus dos grandes minaretes de estilo futurista aunque inspirados en la tradición otomana. Este estilo moderno se entiende por el hecho de su reciente construcción: se construyó en los años 80 del siglo pasado y lleva el nombre del primer rey de la Jordania independiente. Su interior destaca por su tamaño y amplitud, con capacidad para unas 7.000 personas.
Mezquita Al Husseini, en Ammán
Se trata de otra de las grandes mezquitas de la capital. En este caso, aunque oficialmente no está abierta al público, los responsables de la mezquita pueden admitir la entrada de no musulmanes si estos están vestidos con decoro. En cualquier caso, deberás preguntar en la entrada si efectivamente ese día tienen este gesto de deferencia. De ser así, descubrirás un templo de aire más añejo, puesto que se inauguró en 1924, aunque su construyó sobre otra mezquita anterior: del 640, lo que la convirtió en una de las primeras mezquitas del país, en plena época de expansión del Islam.
Mezquita de Sharif Al Hussein Bin Ali, en Aqaba
Esta mezquita lleva el nombre de una figura clave en la Revolución Árabe, que fue además nombrado emir de La Meca a comienzos del siglo pasado y es el tatarabuelo del rey Abdalah II. Se construyó en los años 70 del pasado siglo y fue ampliada unas décadas después. Lo más destacado del exterior es su elegante blancura, con una cúpula y un minarete que presentan una original decoración en relieve de zig zag. En el interior, pese a su modernidad, se aprecia una hermosa combinación de materiales y elementos tradicionales, como arcadas, escritura árabe decorativa, maderas, azulejos… Además, se trata de un espacio vivo porque está concebido como centro cultural islámico.
Gran mezquita de As Salt
Como contábamos en este post, As Salt es una de las sorpresas más agradables que puede llevarse un viajero que busca destinos poco masificados y originales. En esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco donde predomina la impronta de su pasado otomano, no puede faltar una gran mezquita en ese estilo. Sus orígenes se remontan al siglo XIV, aunque el edificio actual data de mediados del siglo XIX, con una importante renovación a comienzos de la presente centuria. Su minarete es el elemento más destacado del conjunto, mientras que en el interior el ambiente es acogedor, mezclando arquitectura tradicional y moderna.
Aunque estas son cuatro de las principales mezquitas visitables de Jordania, no dudes en preguntar a nuestro personal por la existencia de otras durante tu circuito, puesto que en localidades más pequeñas como Wadi Musa o Madaba también puede haber templos que abren sus puertas a los no creyentes.