La experiencia del acueducto romano de Umm Qais es una de las cuatro experiencias turísticas que organiza la Jordan Heritage Revival Company. Como hemos contado en este blog, la JHRC es una compañía estatal que trata de poner en valor el pasado y el patrimonio del país, con otras experiencias que también incluyen la aventura en tren por Wadi Rum. En este caso, la aventura se realiza a pie pero lleva al visitante a través de un lugar único, construido hace dos milenios: el sistema de transporte de agua de la antigua Decápolis. En las siguientes líneas te explicamos todo en detalle, por si deseas añadir este plan a tu programa de viaje.
Umm Qais: la antigua Gadara de la Decápolis romana
Umm Qais es una pequeña ciudad del norte de Jordania que es conocida en la actualidad por sus restos arqueológicos romanos: fue la antigua ciudad de Gadara, que formaba parte de la Decápolis (grupo de diez ciudades en la frontera oriental del imperio, coaligadas por compartir una misma cultura).
De entre los muchos elementos interesantes que se conservan de aquel periodo, destaca lo que se ha venido en llamar el “acueducto”: se trata de un sistema usado, efectivamente, para transportar agua entre las mencionadas ciudades y que tenía una longitud aproximada de 170 km.
En realidad, no se trataba de un acueducto al uso, entendido este último como un canal que discurre sobre arcos levantados. Se trataba, en realidad, de una larguísima galería subterránea por cuyo suelo se situaba el canal propiamente dicho. Era, por tanto, una especie de túnel excavado en la roca, con una altura que podía oscilar entre 1 metro y 2 metros, con una anchura que apenas permitía el paso de dos personas simultáneamente.
Era, por tanto, un sistema más asemejado a los qanats persas, que posteriormente también utilizó la civilización árabe en lugares tan variados como Marrakech, Córdoba o Madrid, donde reciben el nombre de “viajes de agua”.
Todo ello bajo el extraordinario yacimiento arqueológico, donde aún se pueden admirar estructuras habitacionales en pie, avenidas columnadas, un teatro y otros muchos recintos que nos retrotraen al periodo romano, pero también al posterior bizantino, con restos de iglesias cristianas.
En qué consiste la experiencia
La experiencia de la JHRC, que se llama Gadara Aqueduct Experience, no es un show teatralizado como el de la aventura en tren de Wadi Rum, sino más bien una visita guiada que explica a los visitantes el alto valor histórico de este ingenio hidráulico de unos dos milenios de antigüedad.
Para empezar, se muestra un vídeo explicativo de unos 10 minutos, donde se cuenta el contexto de dicho acueducto: qué era la Decápolis y qué lugar ocupaba Gadara en ella. Tras ello, la experiencia lleva hasta el tramo de túnel visitable: no llega a unos 500 metros. Pese a que puede parecer poco, es suficiente para entender el funcionamiento del sistema y para imaginar la enorme extensión de la red (170 km).
Y es que la civilización romana estaba realmente obsesionada con el agua, pues sabía que eso resultaba fundamental para la sostenibilidad de sus ciudades y, en definitiva, de su vasto imperio.
Por ello, aunque estos qanats o acueductos subterráneos ya no transportan agua, su visita resulta realmente interesante para comprender cómo las civilizaciones antiguas se las ingeniaron para disfrutar de agua corriente de calidad, con los medios limitados de que disponían hace 2.000 años.
Para sumarse a esta experiencia, conviene consultar las condiciones de la JHRC, pero lo habitual es que se realice los siete días de la semana, de 8.00 a 16.00 (cierre a mediodía de los viernes). Además, en temporada invernal y en días con previsión de lluvia, el túnel cierra, lo que da cuenta de su capacidad para recoger las aguas procedentes de las precipitaciones.