Lo hemos citado en otros post de este blog, como este dedicado a su museo: el Mar Muerto es el punto más bajo del planeta, situándose su orilla a más de -400 metros de altitud con respecto al mar. Pero, ¿cómo es posible que esto ocurra? Aquí resumimos su origen y evolución, que cautiva a geólogos y amantes de la naturaleza en general por su singularidad.
Un gran rift para el Valle del Jordán
La gran mayoría de los valles que hay sobre la plataforma continental de la Tierra se originan por la erosión del agua, de diferentes maneras: valles fluviales, aluviales o glaciares. Y aunque en el Valle del Jordán hay un curso de agua, el río Jordán, éste no ha sido el principal responsable de la conformación de dicho valle.
Este valle es, en realidad, un gran rift: es decir, es una fosa tectónica alargada, surgida por la separación de dos placas tectónicas. En este caso, la placa africana y la placa arábiga. Esta separación tuvo lugar durante el Mioceno, hace millones de años (entre 23 y 5, aproximadamente). Para entonces, la zona estaba principalmente inundada con agua del mar, conectando así el mar Mediterráneo, el Mar Rojo y el Océano Índico.
Pero hace un millón de años aproximadamente, la plataforma continental se elevó, haciendo que el agua se retirara y emergiera el terreno que hoy separa al Mediterráneo del Mar Rojo, y que anteriormente estaba cubierto de agua. No obstante, no toda el agua del mar desapareció, sino que una parte importante se quedó ‘atrapada’ en dicha fosa tectónica, originando la gran masa de agua salada del Mar Muerto.
Utilizamos el término ‘atrapada’ porque esa elevación no fue suficiente como para superar el umbral de los 0 metros sobre el nivel del mar. Por tanto, la parte más profunda del valle quedó por debajo de los 0 msnm y el agua que aquí fluye o que está embalsada no tiene conexión con aguas abiertas, pues a su alrededor encuentra una gran muralla natural en forma de acantilados: el altiplano circundante tiene una altitud de varios centenares de metros por encima del nivel del mar.
La composición del agua de este mar, que en realidad es un lago endorreico (sin salida al mar) se ve modificada por dos aspectos: por un lado, el aporte de agua dulce procedente de la cuenca hidrográfica del río Jordán, que nace en el Monte Hermón; y por otro, la enorme evaporación que se produce aquí por la insolación y las altas temperaturas. Este frágil equilibrio está tensionado por el cambio climático y el uso humano de las aguas del Jordán.
Consecuencias de la altitud negativa
El hecho de ser el punto más bajo del planeta tiene varias consecuencias climáticas y ambientales. Una de ellas ya la hemos mencionado: la cuenca es endorreica, es decir, no consigue llegar al mar por tener una cota más baja que este, a lo que también contribuye la progresiva desertificación del terreno, pues antaño (por ejemplo, en tiempos bíblicos) esta región era mucho más fértil.
Otra interesante consecuencia de su altitud negativa es que la radiación ultravioleta tiene aquí menos incidencia: los rayos UVB son aquí más débiles, pues la composición del aire tiene una mayor proporción de oxígeno por la mayor presión atmosférica. El resultado es que las posibilidades de sufrir quemaduras en la piel son menores aquí, incluso si se produce una exposición prolongada (salvo en pieles sensibles y al mediodía de verano).
Y en lo que respecta al agua del Mar Muerto, la consecuencia es la ya comentada en otro post: su extrema salinidad, que facilita la flotación sin esfuerzo y genera unos lodos ampliamente utilizados por la industria cosmética, por sus beneficios para la piel.